En la vida hay temporadas en las que nos empeñamos en sentir. Sí, es esa necesidad de querer estupidamente sin recibir nada a cambio. Ni tan si quiera un resquicio de importancia. Nada.
Razón aún mas estupida la cual provoca el enamorarte del primer gilipollas que pase y si es posible para seguir cagándola, podría ser el ex borracho, gilipollas y metelios, vamos el peor. Pues eso, estoy bien.
Que estupidez, que retroceso.
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