sábado, 26 de diciembre de 2009

21. Otra vez yo

La palabra imposible no entra en mi diccionario. Cuando algo es tardío, es tardío. Llegará tarde y punto. El secreto está en llegar. Llegar tarde o pronto. Odio la impuntualidad así que como llegues un minuto tarde te lo recordaré de por vida. Mi terminología de palabras formales tiene una calidad óptima pero mi capacidad de entendimiento te dejará por los suelos. No es una manía típica de mi morderme las uñas pero en casos de nerviosismo extremo no te prometo nada. Comprendo todo tipo de religiones, costumbres y deportes pero no soy íntegra practicante de ellos. Me sé las tablas de multiplicar perfectamente y te puedo restar de mi lista de caprichos cuando suene el timbre de casa. Me encantan los detalles pequeños, las rosas, un beso aunque a veces también llego a ser ambiciosa. Uno de los grandes problemas socioeconómicos del mundo pero así va España… Dejando de lado la sociedad, soy soñadora nata. Me encanta soñar. Es una de mis grandes pasiones. Soñar despierta, en clase, en el colegio, en el autobús, en la cocina, en el baño. Me encanta. Tengo sueños de todo y sobre todo. Aún así, increíble pero cierto, soy bastante realista en temas “serios” y tengo bastante capacidad de aceptación. Eso no conlleva al extremo de denominarme sumisa. A mí no me amueblan. Me gusta la libertad hasta un cierto punto. Si algo es mío que no me lo toquen o pidan permiso al propietario. Hablando de manera justa y necesaria de mi celosía, si es razonada, cambiaré sobre la marcha para hablar de mi rencor. Quizás suene poco cuerdo pero es respetable. Tarde o temprano acabo poniendo las cosas en su lugar. No soy insistente ni me considero pesada. Tampoco creo ser del todo cariñosa pero sé expresarte lo que siento cuando de verdad lo hago. Odio un “te quiero” falso y todo lo referente. Me encantan las conversaciones interesantes y mi parte favorita de una narración es el nudo. Siempre estoy metida en él. Odio las miradas desafiantes y los comentarios falsos. La falsedad, la penuria, la envidia… No soy una imagen. Soy… Es más fácil seguir con lo que no soy y lo que no tengo. No tengo el control de todo pero sobre mi intento tenerlo y más desde que aprendí a conocerme. Tengo un sentido del humor sarcástico y siempre he creído en la ironía como la mejor arma. Me gustan las contestaciones rápidas y las doy cuando me parece interesante sobre lo que me estás hablando. Si no, puedes esperar horas e incluso días que no contestaré. Odio la lluvia pero a me encantaría despertarme un día bajo ella. Me gusta mirar pa’lante pero tengo un gran afán de recordar recuerdos. No olvido jamás un detalle y si lo hago lo siento háblame otra noche debía estar borracha. No soy alcohólica ni nada por el estilo pero no me resisto a un par de copitas para una fiesta no tan controlada. Hablo del control. Hablo de dejarme llevar. A todos nos encantan pero ¿quién se atreve? No me gusta que el mundo me conozca totalmente y siempre hay algo nuevo que descubrir en mí. Puede parecer locura y quizás lo sea pero mi musa se fue y solo me quedo yo así que acabo así porque así fue como acabo mi historia.

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