lunes, 23 de agosto de 2010

Pi-pi-pi, ¡cuelgo mi vida!

Es gracioso: por cada estrella fugaz, un deseo; por cada cigarrillo apagado con el talón un polvo más; y ¿por cada amor? Por cada amor mil lágrimas. Que va, yo ya no lloro. Mil recuerdos malos y uno bueno: el del primer beso, el único de verdad. En realidad es el más sentido. Parecía que jamás iba a llegar pero surgió. El más pasional. El más... Es el principio de un problema sin haberlo sido anteriormente. Eso es amor.

Y la primera impresión (retrasado, gilipollas, subnormal, payaso)... Confía en las primeras impresiones. Ama a pesar de ello. Vive cada beso como si fuera el último.

No sé so habrá un próximo primer beso pero si lo hay lo amor, aún sin vivirlo. Como aquel último beso que te di sin que me vieras, sin que lo sintieras, mientra iba de camino a casa.

Besaba ese último primer beso. Amargo como la última calada, como la última canción antes del cierre, como el último polvo, como quedarse a medias, el último tono de llamada acabado en un "pi-pi-pi", ¡colgó!, como el último suspiro, como el último trago de sabor amargo, como el culo del café ya frío, como una despedida con un "hasta la próxima".

Enciendo otro, así de fácil. Paso de complicaciones. Me marcho, me largo y dejo mi vida, mis problemas, las estrellas fugaces, los malos vicios, las primeras impresiones, los primeros besos y me voy. Mientras, seguiré mirando el cielo, a ver si cae algo

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